Estrategia de Colaboración sobre el COVID-19
El brote actual del virus COVID-19 es un hecho sin precedentes en la historia moderna de la humanidad, por lo que ha sido necesario que el sistema de las Naciones Unidas trabaje como una sola ONU para apoyar a los países.
El Secretario General de las Naciones Unidas ha solicitado a la comunidad internacional que centre su atención en tres áreas esenciales de acción, a saber: 1) afrontar la emergencia sanitaria; 2) abordar el impacto social, la respuesta y la recuperación económica; y 3) recuperarse mejor.
El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres (2015-2030) destaca el hecho de que las amenazas biológicas, tal como la pandemia ocasionada por el virus COVID-19, representan uno de los mayores riesgos en el siglo XXI. Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que el COVID-19 ha dado origen a una pandemia, sus factores subyacentes, las vulnerabilidades y los efectos van mucho más allá del sector de salud. De hecho, esto representa un ejemplo de los riesgos sistémicos: cuando una amenaza no solo origina efectos negativos en ciertas partes del sistema, sino que también amenaza con generar fallas en todo el sistema. Con estos efectos devastadores y en cascada, el COVID-19 está demostrando la naturaleza interrelacionada de los riesgos actuales, con lo cual se destaca la urgente necesidad de contar con un esfuerzo mundial conjunto y coordinado para agilizar las actividades dirigidas a reducir el riesgo.